Capítulo 48

Ya sé que este es muy cortito, pero es que estoy muy cansada y no me veo capaz de escribir más hoy. Disfrutad :)

Paso una buena noche teniendo en cuenta como han sido las demás. Apenas sueño nada, casi no tengo pesadillas. Creo que es porque, de alguna forma, mi subconsciente sabe que Katniss está conmigo y que no hay nada de lo que preocuparse.

Cuando me despierto, me cuesta horrores abrir los ojos porque los párpados me pesan demasiado. Me los froto con las manos y me consigo desprender del sueño. Lo primero que hago es buscar a Katniss con la mirada, pero no la encuentro dentro de la cueva. Me intento levantar, pero no puedo y me empiezo a angustiar ¿Y si le ha pasado algo?

-¡Katniss! ¡Katniss!-Grito. No recibo respuesta.

Me digo a mi mismo que no pasa nada, que mi aliada solo habrá salido un momento a cualquier cosa y que volverá pronto. Aún así, estoy nervioso y me pongo a arrugar el extremo del saco de dormir entre mis manos. Al fin oigo unos pasos y aparece Katniss, quitándome un enorme peso de encima.

-Me desperté y no estabas.-Explico intentando levantarme de nuevo y sin conseguirlo.-Estaba preocupado por ti.

-¿Qué tu estabas preocupado por mi?-Me dice con guasa, riéndose, pero yo no le veo la gracia.-¿Te has echado un vistazo últimamente?

-Creía que Cato y Clove te habían encontrado. Les gusta cazar por la noche.-No estoy enfadado, me es imposible enojarme con ella, pero la angustia aún no se me ha pasado.

-¿Cómo te sientes?-Pregunta ella.

-Mejor que ayer. Esto es mucho mejor que el barro: ropa limpia, medicinas, un saco de dormir...y tú.

Katniss me toca la mejilla y yo cojo con cuidado su mano entre las mías y me la llevo a los labios, aspirando su olor y disfrutando enteramente de su presencia. Aunque estemos muy sucios, ella sigue oliendo bien, como a bosque.

-Se acabaron los besos hasta que comas.-Me dice apartándose.

No me queda otra. Me apoya contra la pared y me ofrece una papilla de bayas que está muy rica y dulce.

-No has dormido.-Le recrimino al rato.

-Estoy bien.-Responde, aunque sé que es mentira.

-Duerme un poco. Yo vigilaré. Te despierto si para algo, lo prometo.

-Vale.-Cede ella.-Pero solo unas cuantas horas, luego me despiertas.

Nos acurrucamos los dos a la entrada de la cueva, Katniss descansando entre mis brazos.

-Duérmete.-Susurro.

Le aparto los mechones del pelo de la cara, con suavidad. También deshago su trenza para que no le moleste mientras duerme y me quedo acariciando su cabello. Es liso y muy suave y me tranquiliza tanto pasar mi mano por su pelo oscuro, que no paro. Me quedo despierto todo el día, velando sus sueños y contando sus pestañas mientras duerme.